En Israel, como en las principales potencias globales, se impone la cultura del “office home” más que la del “home office”. Y eso, según expuso el economista argentino Gerardo Tyszberowicz, que trabaja en Tel Aviv para el grupo empresarial IRSA, está relacionado con que los nuevos profesionales aspiran a trabajar en lugares saludables, que tengan que ver con su particular manera de trabajar, más que desempeñar actividades desde la casa.
En este país, los sueldos más elevados se abonan en el rubro de alta tecnología, que contrata particularmente a jóvenes de entre 20 y 35 años, con un salario promedio de entre U$S 8.000 y U$S 10.000, según la compañía. Los argentinos de entre 40 y 60 años que llegaron a Israel son profesionales vinculados con carreras clásicas como la medicina, derecho, arquitectura o ciencias económicas.
Los miembros de la comitiva que acompaña al gobernador, Juan Manzur, en la gira que arrancó en Perú, continuó en Estados Unidos y hoy se desarrolla en Israel consideran que estos viajes sirven para fortalecer vínculos entre el sector académico y la actividad privada, mientras el Estado actúa en su rol de facilitador de gestiones. Aún más, creen que la experiencia de campo sirve para copiar las buenas prácticas de países desarrollados, interconectarse y buscar los mecanismos de retención de talentos.
Fabián Soria, decano de la Regional Tucumán de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) sostiene que el contacto con autoridades de otras casas de altos estudios del extranjero y de compañías privadas generar oportunidades de perfeccionamiento para el capital humano que se desarrolla en la provincia. “Siempre es bueno que nuestros profesionales se capaciten en el exterior, pero necesariamente también lo es que tengan aviso de retorno porque sería un fracaso si no vuelven”, puntualiza a LA GACETA. Soria se refiere así a la falta de una política de retención de talentos frente a las ofertas que esos jóvenes suelen recibir cuando se destacan. Este año, de la UTN egresarán unos 460 estudiantes con títulos de cinco carreras de grado, de pre y de posgrado avanzado en la mecatrónica, una fusión de ingenierías mecánica, electrónica e informática.
Pero además de la faz estudiantil, las políticas de mejor uso del conocimiento también deben relacionarse con el perfeccionamiento constante del cuerpo docente y de la investigación, precisa José García, rector de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). “La clave para adaptarse al mundo moderno pasa por generar carreras transversales”, indica. En ese aspecto, menciona que hay ofrecimientos concretos por parte de City College de Nueva York para analizar el dolor desde la psiquiatría, la psicología y la medicina. En las distintas carreras de la UNT, este año se espera que haya alrededor de 3.200 graduados.
Miguel Cabrera, decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNT, sostiene que la actividad privada y el sector académico deben generar una cadena de valor permanente para evitar la fuga del talento. En ese proceso también inscribió al Estado como facilitador de las gestiones.
“Generalmente, la sociedad percibe que los convenios de intercambio entre casas de altos estudios son cerrados. Pero con la sinergia entre los tres actores mencionados es probable que las respuestas sean más rápidas. Como ejemplo, menciona la respuesta de las autoridades del Centro Médico Hadassah o de Estrella Roja de David.
Mercedes Leal, decana de Filosofía y Letras, apunta por su parte que la posibilidad de internacionalización del conocimiento es más directo cuando se promueven experiencias como la de la gira que encabeza Manzur. Como ejemplo cita la oferta del City College para perfeccionamiento en ciencias de la Comunicación, especialmente, en lo referido a medios audiovisuales. “Eso contribuirá al fortalecimiento de la carrera que ofrecemos en Tucumán”, remarca. A su vez, el decano de la Facultad de Medicina, Mateo Martínez, dijo que no hay que perder de vista que la interacción público-privada y académica puede contribuir al desarrollo económico de la provincia. Pero aclara que hay que tomar como referencia a lo que se hace en el hospital Hadassah de Jerusalem, donde la alta tecnología convive con un alto sentido de la responsabilidad en la atención al paciente, sin distingo alguno.
“Frente a los vertiginosos cambios que se perciben, se corre el riesgo de que la tecnología acreciente la distancia entre el médico y el paciente, quitándole humanidad a la atención. La clave pasa por el equilibrio”, indica.
Desde el sector privado, el citricultor Roberto Sánchez Loria, coincide con los académicos en el sentido que la innovación necesariamente lleva al desarrollo del capital humano y también de las actividades productivas. “Hay que observar experiencias de países que aplican esa innovación para saber si es que pueden ser motorizadas en Tucumán. Pero es necesario generar esa cadena de valor”, apunta.
La Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) cuenta con experiencia en una fluida interacción con otras instituciones para el perfeccionamiento de su plantel. Su director técnico, Daniel Ploper, agrega que una misión comercial, científica y académica puede tener resultados más inmediatos si a la cabeza va un gobernante como, en este caso, lo hace Manzur. “Es todo un respaldo que otros países observen que un gobernador promueva misiones oficiales que incluyan los distintos actores. Esto abre más puertas para centros de investigaciones como la Experimental”, finaliza.